martes, 22 de enero de 2008


Llevo un par de días buscando algo para escribir. Pero de todas las cosas que me vienen a la mente. De todo aquello que me gustaría dar a conocer, no encuentro el cómo hacerlo. Me quedo sin palabras, sin fantasía y sin conocimiento. Y es que son tantas las cosas que no comprendo últimamente que no sé por donde empezar. No entiendo a donde vamos a ir a parar con tanto descalabro demográfico. Con tanto cachondeo político. Con tanto silencio ante la injusticia. Y con tanto mamoneo. Una y otra vez, oigo decir a los mayores que la juventud está dormida. Que tendría que haber una revolución. Pero una revolución en base a que. Conozco a un amigo que después de mucho pensarlo, ha decidido no tener hijos. Se siente tremendamente responsable de lo que le pueda ocurrir en este mundo que está por venir. Conozco una madre que está cansada de luchar y ver que todo sigue igual. Conozco una familia que por no pagar el alquiler se vio en la calle pidiendo caridad. Conozco tantas cosas que no se por donde empezar. Pero sigo pensando en la palabra revolución. Sí, ahora estoy convencida de que es lo que hace falta. Una revolución donde los políticos sean políticos de verdad. Donde la palabra humildad sea realidad. Donde no haya una muerte más. Donde un pueblo como Palestina no se vea abandonada a su suerte. Donde no haya una bomba más.¿Pero y por donde empezamos? ¿De verdad estamos a tiempo de dar marcha atrás? ¿De verdad podemos conseguir eso sin que sea necesario que toda esta actualidad desaparezca para nunca jamás? Llevo un par de días que no se por donde empezar...

4 comentarios:

Anónimo dijo...

la mejor forma de empezar a cambiar el mundo es por nuestro propio hogar, siempre de lo más pequeño a lo más grande, de lo más fácil a lo más difícil

besitos!

Anónimo dijo...

Ahora, en estos momentos de mi vida, es cuando más me viene la palabra filosofía cuando pienso en política. Filosofía.

Hay que cambiar la mentalidad, hay que enseñar una mentalidad diferente a los niños, hay que enseñarles a que amen la vida, a que quieran, a que tengan voluntad, a que deseen. Y es importante que mayores de cualquier edad la cambien, que sean capaces de dejar la mentalidad resignadora, humillante, victimista, lastimera, extremadamenteracional (que en realidad una farsa de la racionalidad)...

¿Una revolución?¡Sí! ¡La revolución mental que llevará a la práctica!

Medusilla dijo...

Lobov!Que alegría saber de ti! Estoy de acuerdo contigo en que hay que cambiar la mentalidad. Pero pienso que eso solo se conseguirá con el paso de generaciones... Así que solo queda paciencia y más paciencia...Aunque la mía se está agotando... Un besote!

Acuarius dijo...

Una revolución espiritual, una revolución interior.
La única religión es la de tu propio corazón.
No han enseñado a mirar hacia fuera, es la hora de comenzar a mirar hacia dentro y lo más importante, que nos digan y enseñen como.