martes, 15 de enero de 2008

¿ Me conoces mascarita?


Hoy comenzaron los carnavales. Así que en menos de dos semanas hemos pasado de unas fiestas religiosas a unas fiestas carnales. Pero yo tengo un problema. Todavía no he terminado de estrenar los regalos de navidad, y ya estoy quitando el polvo a los disfraces. Pero que le vamos hacer. Como resistirse a esas transformaciones que sufrimos durante unas semanas. Uno de los que más me gusta es el de niña pequeña. Es tan tierno... Con él, nos damos el gustazo de hacer a cara descubierta, todas esas tonterías, que normalmente solo hacemos cuando nadie nos ve . Por ejemplo, en el baño... un, dos, tres, responda otra vez! Y por eso me gustan tanto estas fiestas. Son como una terapia en grupo. Todos nos reímos de todos y a nadie nos importa. Y todo el mundo es bueno y todo está bien. Por unos días, nos olvidamos de lo que es la realidad y nos escondemos en nuestros disfraces. Y cualquier motivo es bueno para gastarle una broma a cualquiera. Da igual que no lo conozcas. Algo te empuja a realizarle cualquier comentario. A bromear de su personaje y a representar lo mejor posible el tuyo. Y por eso me encantan. Y por ello invito a todo el mundo a disfrutarlos. En estas maravillosas islas o en donde quieran. La cuestión es empaparse de esa buena onda que fluye en carnavales...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí no me gustan demasiado, al menos en mi ciudad, se han enturbiado mucho y no somos capaces de tener conciencia, cuando pasa el carnaval es como si pasase la marabunta, todas las calles llenas de basura, suciedad y malos olores...

Medusilla dijo...

Esa es la otra cara de la moneda... Que después de las fiestas parece que ha pasado por ahí un ciclón... Pero los olores, la basura y la suciedad en un par de días ha desaparecido. Pero los buenos momentos que te llevas se quedan para toda la vida...
Besitos y felicidades por las últimas noticias...muak!