jueves, 24 de julio de 2008

Mensaje en una botella.


Hoy es un día especial. Triste pero alegre. Nostálgico pero esperanzador. Ocurre a veces que nos acostumbramos a dar sin esperar nada a cambio. Y eso está muy bien. Genial. Pero hay determinados momentos en los que esa actitud ha de cambiar. Ha de cambiar cuando ves que por el otro lado están acomodados. Que por una u otra razón lo han visto como una especie de obligación. Y en este punto es cuando digo ADIOS. Una puerta abierta, más tarde otra y mi recompensa es nada. No quieres hacer daño. Desde aquí te digo que hace daño esa actitud. Tu silencio se confunde con indiferencia. Y estoy cansada de excusarte para no hacerme daño. Cada uno en esta vida elegimos el camino que queremos recorrer. Y en dicho camino elegimos las piedras con las que nos queremos encontrar... Por ello nada mejor que desearte todo lo mejor. De todo corazón. Sabes que mi correo estará abierto para cada momento en el que quieras saber de mí. Lo único que tienes que hacer es utilizarlo. Cuídate mucho caracola...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola amiga!
Hoy por fin pude encontrar un ordenador en el que conectarme y saqué algo de tiempo, por lo que aquí me tienes en tu blog, para leerte de nuevo. Lo echaba de menos.
Me parece genial que pongas un poco de distancia si no te sientes bien con esa persona. A mí me pasa lo mismo muchas veces. Uno se cansa a veces de tener que dar siempre.
Te mando todos mis ánimos y mi amistad más sincera. Si puedo ayudarte en algo, no dude en decírmelo, pues me caes genial y te deseo lo mejor.
Por cierto, ¿qué tal esas oposiciones? Ya me contarás.
Besos, cuídate y espero que estés disfrutando del verano.
Hasta pronto.

Anónimo dijo...

¿Te apuntas a mi propuesta en el desván? Un abrazo y espero que estés de maravilla.

Anónimo dijo...

¿Cuándo volverás a escribir? Je, je, je. Espero que estés muy bien, amiga y que te vaya bien bonito.
Un beso enorme y ya ves que no me olvido de ti. Cuídate.