Hace poco leí un documental que se titulaba "dime con quien vas y te dire a donde llegarás". A medida que iba leyendo, más de acuerdo estaba con el periodista. El artículo explica como a lo largo de nuestra vida, debemos juntarnos con personas que nos transmitan cosas positivas. Hablaba de las personas conocidas como vampiros. No son vampiros literarios, sino persona que sin saberlo, impiden que sus amigos, familiares y conocidos alcancen sus sueños profesionales o personales. Y estoy totalmente de acuerdo. Todos conocemos a personas que sin dejar de ser encantadoras, sientes como que te dificultan el caminar diario. A todo le ponen peros, o buscan penas o desgracias justo en el momento en el que saben que tienes algo importante que hacer, o que te hace ilusión. Si ya tienes visualizada a esa persona que describo, has de alejarla de tu vida. O ella te alejará de aquello que te pueda hacer feliz. Esas personas atrapan. Sin saberlo, llenan los cerebros de otros de cosas sin sentido y muchas veces de historias que no son ciertas. Pueden llegar incluso a cambiar los relatos verdaderos por los que la otra persona quieren que se crean.
A lo largo de mi vida me he encontrado con un par de ellas. Y si hay algo que puedo asegurar, es que cuando tuve la valentia de cambiar a un rumbo nuevo, todo me empezó a ir sobre ruedas. Por ello, con todo este rollo, quiero decir que or favor, si queremos cambiar nuestra vida, debemos comenzar por cambiar nuestra percepción de las cosas y nuestro alrededor. Unete a personas con energía positiva. De esas que sin saber porque, con una sonrisa o una mirada cambian tu dia triste a uno más rosado. Que siempre te apoyan en aquello que quieras conseguir o creer sin juzgar si es una locura o no.